jueves, 20 de enero de 2011

Nunca


Nunca digo cuanto pesa mi sombra lejos de la luz. Y no digo que estoy cansada de hablarle a la Luna. No cuento que mi corrosiva ansiedad convive con mi espera. Y nunca digo que el viento de mis ilusiones pesa toneladas. Tampoco digo el número exacto de lágrimas internas que derramo al despertar. Jamás confieso que tan solo un instante cada día soy Musa. Nunca digo porque lloro, porque río, porque callo... porque enloquecería. Nunca cuento de mis ganas. No hablo de mis desvelos, ni de tantas cosas... Nunca
Quizás lo haga.

4 comentarios:

  1. Hazlo.
    De verdad, hazlo y cuéntanoslo, o cuéntatelo a ti misma en una entrada dirigida a nadie, porque una de las cosas más poderosas que nos ofrece el escribir es la oportunidad de abrirnos sin reservas, de dejar escapar todo lo que nos aflige y liberarnos de cualquier cadena y, para los más abiertos, de compartir con otros nuestras penas (y, por qué no, nuestras glorias).

    Siempre he dicho que, para mí, la belleza más sagrada y absoluta se esconde en la tristeza y, bajo mi punto de vista, esta pequeña "confesión" está llena de ella.

    Una enhorabuena y un beso de ánimo, todo a partes iguales :)

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  2. Yo tambien te aconsejo que lo cuentes,a quien quieras,cuando quieras,donde quieras...pero que lo cuentes...creo que siempre es una buena terapia.Ademas estoy convencido de que tu lo contaras de un modo hermoso
    Besos

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  3. ME gustaría contaras al viento sobre tus ilusiones y asi nos compartirias algo de ellas.
    me gusto la lectura me encanto tu blogg.
    saludos

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  4. Cuenta lo que quiera, está en tu casa...aquí en el universo sideral de internet algunos siempre te escuchamos....

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