jueves, 16 de diciembre de 2010

La casa del árbol


Fue uno de mis sueños mas perseguidos durante mi infancia. En aquella casa proyectaba todo lo que ocurría a mi alrededor. El viejo pino ya había convivido varias generaciones con mi familia. Sus ramas curtidas servían de cimiento para la cabaña del árbol. Era como jugar a ser Gaudí rodeada de elementos naturales. Mi primera emancipación, la segunda no tardaría en llegar. El crujido de las tablas se mezclaba con el de las risas. Mi mundo se reducía a una caja de galletas y una manta vieja que cubría aquel universo paralelo.
En aquella caja en las alturas se contaron mil historias increíbles, leyendas urbanas adaptadas al barrio. El olor a mar y a resina creaban la atmósfera perfecta para dar rienda suelta a mi imaginación. Allí donde nadie me encontraba o al menos tenia esa sensación, allí todo era perfecto. Nunca me brillaron los ojos tanto, como entre aquel montón de maderas.
El paso del tiempo acabó con aquel submundo, pero lo que nunca murió fueron mis sueños.
Musa

3 comentarios:

  1. Yo siempre quise tener una... siento que en su interior podría vivir en un mundo paralelo, ajeno a todo lo demás.

    Un saludo.

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  2. A mi tambien me hubiera gustado,pero nunca pude tener la mia propia
    Lo mejor es que tus sueños siguen intactos
    Besos

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  3. yo tenia una casa de cartón, no es lo mismo, pero bueno, procede de la madera.

    mis sueños también siguen, aveces.

    un ruego, la palabra de verificación de comentarios, es un incordio.

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