viernes, 17 de abril de 2009

Que ya me cansé de matar dragones...


Él es mi alma, la que he esperado y buscado durante tanto tiempo, segura de que le encontraría antes de morirme.

He amado antes, pero aún en las pasiones irracionales me cuidé las espaldas.
Desde que era una niña, me dispuse a velar por mi misma. En aquellos juegos en mi habitación, nunca fui la princesa rescatada por el caballero, sino la aventurera que luchaba con el dragón para salvar a un pueblo.
Cuando nos conocimos, le dejé bien claro que yo me las arreglaría solita. No con esas palabras, pero sí, seriamos compañeros. Eso de compañeros ahora me suena a guerrillas. Me gustaría probar que se siente al ser una frágil esposa, para variar, que me proteja. ¡Que cursilada! ¿no?, esto contradice toda una vida de feminismo...

Pero ahora, solo quiero apoyar mi cabeza en su hombro y rogarle que me cobije, como se supone que hacen los hombres con las mujeres cuando las aman. Que me cuide, pero de un modo romántico. Que no se exactamente lo que es, supongo que quiero ser la princesa del cuento y que él sea el caballero que me salve. Que ya me cansé de matar dragones.

7 comentarios:

  1. Pues yo deseo que él esté a la altura de lo que esperas.

    Diego

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  2. Gracias Diego, tan solo tengo lo que siempre he deseado.
    Un saludo!!!

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  3. Bello...que quiera sentirse vulnerable y ser portegida.... me parece que va de acuerdo con el sentimiento natural de un hombre de querer proteger a quien ama..
    jj

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  4. Espero que en tu cuento tengas muchos "vivieron felices y comieron perdices"... Después de toda una vida matando dragones, es lo que toca, verdad? Saludos desde Petardylandia.

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  5. Me ha encantado este post, qué bien escrito está y qué bonito es lo que dices... yo también me he cansado de matar dragones pero de momento es lo que toca... Besos

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  6. Yo nunca me cansaré de cobijar a mi doncella...

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  7. Un poco tarde para comentar, pero me ha encantado el texto, me identifico mucho... supongo que todas nos cansamos tarde o temprano de hacernos las fuertes y de luchar, y termina por romperse nuestra coraza cuando conocemos a ese caballero especial que nos transmite la seguridad necesaria para abrirte un poco más al amor.

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